lunes, 17 de septiembre de 2012

Bicicletas y rabos

Hoy estoy especialmente caliente. Llevo todo el día tocándome la polla, me he corrido tres veces y me han dado leche cuatro veces. Y sigo con el calentón. Sé que debería ducharme, pero me gusta estar sentado escribiendo y oler mi polla sucia, babosa y pringosa por no haber limpiado bien la lefa. 

Me he llevado todo el día chateando en el trabajo, no tenía ganas de dar un palo al agua. Y creo que ha sido la primera mamada que he dado, por la mañana, la que me ha dejado tan caliente. Hay situaciones que en vez de quitarte la calentura, aunque te corras, te la dejan. He quedado con un tio que tenía pinta de ser un poco chulo por cómo escribía. Pero hoy precisamente me venía bien un chulo de estos. Decía que me iba a follar la boca, dar pollazos y dejarme la cara blanca de leche. Que andaba cargado y con ganas de descargármela toda. Y, la verdad, eso era lo que yo necesitaba. 

Él venía en bicicleta. Así que quería descansar un poco y relajarse con un mamón de rodillas.  Y ahí entro yo. Cuando me ha dicho que llevaba unas calzonas sin slips, que le reconocería porque me iba a enseñar la polla a través de las calzonas donde quedáramos, sabía que hoy tendría un día de calentura total. Así que he aprovechado la hora del desayuno para irme al punto de encuentro. 

La primera impresión no fue buena. Me dijo que tenía 30 años y el tio por lo menos debía tener cuarenta y muchos. Pero bueno, eso lo hemos hecho todos alguna vez. Pero me ha puesto cachondo su cara de cabroncete, tengo que reconocerlo. En cuanto lo vi pensé "éste es de los que te meten la polla en la boca hasta que te provocan arcadas. ¡Joder, eso es lo que necesita esta puta mamona hoy!". Pero, después de lo que me dijo en el chat, mis ojos se fueron inediatamente a sus calzonas rojas mientras pedaleaba; y noté el movimiento de su churra pendulona debajo de esas calzonas. Y creo que incluso se salió un poco el capullo en algún movimiento. Pero todo fue muy rápido. 

Luego pensé: "A ver si el hijoputa éste es capaz de hacer lo que me dijo, enseñarme la polla aquí en medio de la rotonda". Yo creo que el tio se dio cuenta de que la mamona era yo porque no dejaba de mirarle las calzonas. Y el cabrón, mientras frenaba para encontrarse conmigo, como si me leyera el pensamiento, simplemente se estiró un poco las calzonas y entonces se descubrió un capullo rosado, gordo, con la boca bien abierta, seguido de una vena azul gordísima que se escondía hacia los huevos. 


Me entraron ganas de irme hacia él, ponerme de rodillas y tragarme esa churra de un golpe. Pero la discreción manda. Así que el tio llegó, aún con la churra medio fuera, y yo no podía de mirarla, tragando saliva, babeando, mientras el cuarentón me preguntaba dónde se la iba a comer. 

Le llevé a un descampado cercano, donde pocas veces he visto gente. Nos metimos detrás de unos arbustos, y entonces fue cuando el tio me hizo un gesto para que se la comiera. El cabrón ni se bajó de la bici. Yo me puse de rodillas y mientras bajaba empecé a sentir el olor de su nabo, que se notaba que había sido magreado y ya había babeado más de una vez. Sin tocarlo, simplemente me metí en la boca ese capullo rosado y seguí metiendola, mientras las calzonas dejaban sitio a una pelvis peluda y unos huevos morenos y grandes. 

El tio a veces me empujaba la cabeza y me llamaba puta mamona, lo cual agradecí, porque hoy sí que soy una buena puta mamona. Le encantaba que le dejara toda mi saliva en la churra, que sacara su polla babosa de mi boca y la volviera a meter hasta el fondo... No duró mucho. Se notaba que tenía un calentón del quince. Y antes de que me lo esperara, me sacó la polla de la boca y me soltó tres o cuatro chorreones de leche espesa. Luego terminó de limpiarse la polla en mi cara, agarrándome la cabeza, como si yo fuera simplemente una toalla, y sin decir palabra empezó a pedalear y se alejó en la bicicleta mientras yo me quedé con toda la leche espesa chorreándome la cara. Así me quedé unos segundos, disfrutando de lo que más me gusta, el olor y la sensación caliente de la lefa. Y despues volví al trabajo, a buscar más nabos en el chat.