jueves, 9 de octubre de 2014

El tío del sexshop

A veces, cuando vas a sitios de cruising a comer pollas, te encuentras con tios que no sabes muy bien qué quieren. Algunos supongo que están para fisgonear y alimentar su morbo de heteros frustrados, y de esos es mejor pasar en cuanto sabes que solo van a mirar (aunque a mí me encanta que un tio se pajee mientras me mira disfrutando de otro rabo). Otro, en cambio, parece que quieren pero no quieren. 

Últimamente ando frecuentando un sexshop con gloryhole donde me gusta probar rabos diferentes. Aunque cuando vas a menudo a un sitio de cruising acabas encontrándote con los habituales que acaban haciéndose familiares. Uno de ellos es un tio morboso al que le he comido el rabo en varias ocasiones, aunque al principio no fue fácil. 

El primer día que le vi yo llevaba ya un buen rato dando vuelta por las cabinas, a ver si caía algo interesante. Ya estaba a punto de irme cuando entró un tio de unos treinta y tantos, delgado, rapado y con barba de tres días. Me resultó atractivo y me dio tela de morbo la pinta de chulo que tenía. Así que empecé a rondarle. Ya era bien entrada la tarde y el sexshop estaba casi vacío. Él se puso a esperar en medio de pasillo y yo aproveché para meterme en la cabina de enfrente, sentarme en el sillón y, con la puerta, me saqué la polla, que me la había puesto dura. Él me miraba y luego dirigía la vista hacia el fondo del pasillo. Luego comenzó a tocarse el paquete y fue entonces cuando noté que podía tener una buena manguera. Pero no terminaba de meterse en la cabina conmigo. Empecé a pensar que era uno de esos mirones. Hasta que dio dos o tres pasos, se metió en la cabina, no sin antes mirar si venía alguien, se puso junto a mi cabeza, se bajó la cremallera y se sacó una señora verga, gorda y ya morcillona. Enseguida me la metí en la boca con deseo. Él lanzó unos gemidos de placer. Pero después de unos segundos se la guardó y volvió a salir. 

¡Joder! ¿Sería posible que no le gustara mi mamazo, con lo buen mamón que soy? Al rato, volvió a ponerse en el pasillo y se abrió la bragueta, dejándome ver su rabo levemente, color carne, venoso, ya bien duro, con ganas de salirse del pantalón. Eso me puso a tope. Con la mirada le dije que entrara. Quería saborear ese pollaco hasta que soltara su leche. Pero el tío no parecía muy seguro. Después de ponerme como una moto, decidió entrar y me preguntó si tenía monedas para echar en la cabina, porque no quería que le llamaran la atención. "Haberlo preguntado antes". Eché unas monedas y comenzó a verse una escena de una película porno. Pero yo quería ver otra cosa. 

El tío cerró la puerta y se sacó la churra. ¡Estaba bien dura! Enseguida me la metí en la boca, saboreando su capullo, sus venas, los pelos del pubis. El tio comenzó a empujar, queriendo meter toda su tranca en mi boca. Casi no me cabía el cipote, pero hice un esfuerzo y conseguí metérmelo hasta que sentí los vellos del pubis haciéndome cosquillas en la nariz. Empecé a babear con su rabo en la boca, y parece que eso le excitó más aún. Mi sensación sobre lo cabrón que podía ser el tío no estaba equivocada. Me cogió de la cabeza con las dos manos y empezó a follarme la boca como si fuera un coño. Se notaba que disfrutaba de mi boca de puta mamona. Y yo, desde luego, disfrutaba de su rabazo dentro de mi garganta. 

El tío empezó a escupir en su polla, y yo sentía la saliva en mi boca. Le miré y le dejé caer que por qué no me escupía mejor en la cara. Y lo entendió a la primera. Antes de poder seguir mamando su rabo sentí un escupitajo cayendo sobre mis ojos y mi nariz. Yo estaba ya a tope y quería seguir disfrutando de ese pedazo de polla.

El tio siguió follándome la boca hasta que me dijo que estaba a punto de correrse. Yo le dije que se corriera en mi cara, quería sentir su leche caliente pringándome, y estaba seguro de que iba a llenarme bien de lefote. Él me pidió que cambiara el canal. Fui cambiando hasta que se vio en la pantalla la escena de un tio follando el coño de una guarra. Entonces me excité aún más. ¿Así que éste es de los que le gusta ver una peli porno hetero mientras se corre en la cara de un puto mamón? El tio comenzó a pajearse el rabaco bien babeado mientras yo le miraba con la boca abierta esperando su lefazo. Mientras se pajeaba miraba a la tia abierta de patas y recibiendo otro buen pollón en el coño, y me decía: "Te voy a dar leche, cabrón. Te voy a llenar de leche la cara". Y efectivamente, comenzó a lanzar tres o cuatro buenos chorrazos de lefa que cayeron encima de mi mejilla, de mi ojo derecho, de mi coronilla y de mi boca abierta. Sentí en la lengua el sabor dulce de su lefa, que siguió saliendo del rabo, dejándome otros dos buenos chorros en la boca y la barbilla. No contento con eso, cuando terminó, empezó a sacudirse la polla en mi cara para soltarme los últimos pegotes de leche que se le había quedado en el capullo. Después, se limpió la polla en mi mejilla, dejándome en la cabina sentando mientras de mi rabo comenzó a salir un buen chorreón de leche que me llegó hasta el pecho. 

Desde entonces me he encontrado al tio en otras ocasiones, y siempre acabamos metidos en una cabina dándome de mamar como a una buena puta. Espero seguir disfrutando de su churra por más tiempo.