domingo, 25 de noviembre de 2012

Haciendo cruising en Sevilla

Desde que descubrí el cruising, cuando era un adolescente, siempre me ha dado tela de morbo. Los paseos o las esperas, las miradas, los roces... Hasta los tios que al final no lo tienen claro o simplemente van a mirar y te dejan con un canto en los dientes. El juego ese me pone a tope, aunque muchas veces me quede sin hacer nada. También últimamente soy más descarado. Será por la confianza de los años, o porque soy cada vez más vicioso. Si veo que un tio no lo tiene claro, no me importa sacarme la churra para dejarle bien clarito lo que busco. Y si me pongo a mamar, me importa una mierda que otro tio me mire mientras mamo. Hay algunos que parece que tienen la polla en exclusividad. Si estamos todos para pasarlo bien, deja que los otros también lo pasen bien, aunque sea mirando solamente. 

Últimamente no frecuento los sitios de cruising de Sevilla. Quizás por pereza o por falta de tiempo. Y porqe mis sitios preferidos ya han perdido algo de ese morbo que tenían. Por ejemplo, en el parque de María Luisa no encuentro ya tanto morbo. Hay pocos sitios donde meterse y mucha gente que no está de cruising. Pero siempre ha sido uno de mis preferidos. Sobre todo cuando pasaba por allí casi todos los días. Allí he mamado rabos entre matorrales, en una glorieta, en la isleta de los patos... lloviendo, en pleno verano, con frío y con calor... Y allí me han desvirgado y he desvirgado a alguno. Recuerdo que de adolescente me gustaba pasarme tardes enteras allí, buscando rabos para probar en ese despertar al vicio que descubrí. 


Los wc también han sido algunos de los sitios de más morboen los que he estado. Especialmente en el Rectorado de la Universidad y en algún centro comercial. Ya he dicho alguna vez que me encanta ese olor a nabo que hay en los wc publicos. Ya no existe algunos de los wc en los que yo disfrutaba de pollas de todas clases, no solo de estudiantes. De allí recuerdo algún profesor pollón que me dio de mamar con una de las pollas más duras que me he comido, de esas que cuando te pegan pollazos en la cara te hacen incluso daño. Y recuerdo también a un trabajador de la universidad que tenía una pedazo de tranca con la que le gustaba restregarme toda la cara. 

En el wc de la estación de Santa Justa también he tenido buenas experiencias, aunque ahora es más difícil encontrarlas. O quizás no he tenido tanto tiempo allí como para darme cuenta de los mejores momentos. Es verdad que antes me llevaba allí horas y horas hasta la noche, cuando ya todo se despajaba de gente y solo quedábamos los viciosos. Allí he tenido algunos momentos especiales, como veces en las que en los urinarios alineados estábamos hasta cinco tios que se notaba que íbamos a disfrutar. Y cómo poco a poco las miradas iban pasando a los hechos y nos íbamos separando, y veías a tu lado una fila de rabos tiesos junto a los urinarios. Y se escapaba un olor a polla caliente que te ponía a cien. Recuerdo allí haber tenido más de una vez una polla en cada mano, a derecha e izquierda en los urinarios. Y haber sentido cómo cada mano se me pringaba de la leche de cada rabo. 


Como decía, últimamente no suelo hacer mucho cruising. Lo más que hago es quedar en Cartuja, donde siempre se puede encontrar algún sitio discreto donde mamar. Me gusta quedar por chat con algún tio que tenga coche y pedirle que me espere en su coche, pero con la polla fuera. Me pone tela pasar por delante de un coche y ver un rabo al aire, asomarme, meterme en el coche y, sin mediar palabra, comerme esa churra. Una tarde, un tio me esperó totalmente desnudo. Fue alucinante. Pero eso ya lo contaré en otro momento. 

¿Y at ti? ¿Qué sitios de cruising te gustan? ¿Quieres quedar en alguno?